martes, 24 de mayo de 2016

Cuestión de hábitos.

Decía Aristóteles que <<Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito>>. En este sentido, cabría afirmar que la felicidad también es un hábito, un hábito que podemos desarrollar y entrenar, moldear y diseñar. Esto es buena noticia; la mala es que, como todo cambio de hábito, nos costará modificarlo.

Todos, con mayor o menor éxito, hemos tratado de generar un cambio en nuestras vidas; seguir una dieta, hacer deporte, dejar de fumar o ponernos a estudiar. Para cualquiera de estos cambios se necesita una motivación, de la cual dependerá el éxito o el fracaso de nuestro intento.

En este caso para que la felicidad sea un hábito, precisaremos una gran motivación para producir ese cambio y qué mejor motivación que ser conscientes del impacto que generamos en todos los seres que nos rodean. Si somos felices, estamos haciendo nuestra mayor contribución para que ellos también lo sean.

Es una regla sencilla y clara, pero en términos psicológicos y emocionales, en nuestra relación con los demás podría decirse  incluso que <<todos damos de lo que tenemos>>, es decir,  que contagiamos de lo que llevamos dentro.


Piensa en lo que quieres para los tuyos. Deseas motivación, alegría, sonrisas, felicidad… Pues la mejor forma de contribuir a ellos es cuidándote y lográndolo tú primero y así después podrás contagiarlo a quienes te rodean: hijos, amigos, pareja, compañeros…  La ciencia nos lo está demostrando cada día con más contundencia: estamos mucho más conectados de lo que nos imaginamos y nos influimos los unos a los otros mucho más de lo que creemos.

domingo, 1 de mayo de 2016

¿Qué es basura mental y cómo dejar de producirla?

Hoy quiero compartir contigo algo que aprendí en este mundo apasionante del Coaching y es qué significa basura mental y cómo podemos dejar de producirla.

Basura mental se refiere a todo aquel pensamiento  que nos distrae mentalmente  en un momento dado y nos quita la atención de lo que estamos haciendo.

Por ejemplo, si estamos conversando con una persona, centramos la atención en algún  pensamiento que no está ligado a la conversación y dejamos de estar enfocado al 100% en la comunicación con nuestro interlocutor.

Muchas veces también podemos generar  basura mental cuando físicamente nos encontramos en un lugar pero mentalmente no, pudiendo venir a nuestra mente pensamientos que están lejos del contexto que nos rodea.

En Coaching describimos el concepto de basura mental  cuando conversamos con nosotros mismos, buscando una respuesta especifica a una pregunta  y ponemos la atención a pensamientos que no son en sí del tema a responder.

¿Cómo podemos dejar de producirla? 

Pues en tres pasos, aquí  te detallo:

El primero, piensa en no distraerte, apaga el interruptor mental que tenemos y programa positivamente tú mente. "En este momento voy a pensar solamente en aquello..."

El segundo, organízate y bloquea; cuando conversamos con nosotros mismos hay que tener presente que llegarán a tu mente pensamientos que no son del tema de nuestra pregunta, entonces toma con pinzas los que sí están  relacionados y bloquea los que no.

El tercero, hazlo y ejecuta; ya que conoces sobre basura mental y estas más consciente, pon en práctica los dos pasos anteriores. Romper paradigmas y formas de actuar no es fácil, lo que sí sabemos es que "la práctica se perfecciona haciendo".